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Bandera Panamá

PNEUMOVAX 23 Solución inyectable
Marca

PNEUMOVAX 23

Sustancias

STREPTOCOCCUS PNEUMONIAE, POLISACÁRIDOS DE

Forma Farmacéutica y Formulación

Solución inyectable

Presentación

1 Caja, 1 Vial(es), 0.5 ml,

1 Caja, 10 Vial(es), 0.5 ml,

COMPOSICIÓN:

Ingredientes activos: PNEUMOVAX® 23 contiene 25 mcg de cada tipo de polisacárido; esto consiste en una mezcla altamente purificada de los 23 tipos más prevalentes o invasivos de neumococos de Streptococcus pneumoniae.

Tabla 1. 23 tipos de neumococos capsulares incluidos en PNEUMOVAX® 23

Nomenclatura danesa

Tipos de neumococos

1

2

3

4

5

6B**

7F

8

9N

9V**

10A

11A

12F

14**

15B

17F

18C

19A**

19F**

20

22F

23F**

33F

** Estos tipos son los causantes más frecuentes de infecciones neumocócicas resistentes a medicamentos

Ingredientes inactivos:

Cloruro de sodio

4.5 mg

Fenol

1.25 mg

Agua para inyectable

0.5 mL

INDICACIONES: PNEUMOVAX® 23 está indicado para la vacunación contra enfermedad neumocócica causada por los tipos neumocócicos incluidos en la vacuna. La eficacia de la vacuna en la prevención de neumonía neumocócica y bacteriemia neumocócica se ha demostrado en ensayos controlados en Sudáfrica, Francia y en estudios de casos controlados.

PNEUMOVAX® 23 no prevendrá la enfermedad causada por tipos capsulares de neumococos distintos que los contenidos en la vacuna.

Si se sabe que una persona no ha recibido ninguna vacuna neumocócica o si no se conoce el estado de vacunación neumocócica anterior, a las personas en las categorías que se mencionan más adelante se les debe administrar la vacuna neumocócica; sin embargo, si una persona ha recibido una dosis primaria de vacuna neumocócica, antes de administrar una dosis adicional de vacuna, sírvase remitirse a la sección Revacunación.

La vacunación con PNEUMOVAX® 23 se recomienda para las personas seleccionadas que se indica a continuación:

Personas inmunocompetentes:

— Vacunación de rutina para personas de 50 años o más.

— Personas ≥2 años con enfermedad cardiovascular crónica (incluyendo insuficiencia cardiaca congestiva y cardiomiopatías), enfermedad pulmonar crónica (incluyendo enfermedad pulmonar obstructiva crónica y enfisema), o diabetes mellitus.

— Personas ≥2 años con alcoholismo, enfermedad hepática crónica (incluyendo cirrosis) o fugas de fluido cerebroespinal.

— Personas ≥2 años con asplenia funcional o anatómica (incluyendo enfermedad de células falciformes y esplenectomía.

— Personas ≥2 años que viven en ambientes o entornos sociales especiales (incluyendo nativos de Alaska y algunas poblaciones de indios americanos).

Personas Inmunocomprometidas:

— Personas ≥2 años, incluyendo aquellas con infección por VIH, leucemia, linfoma, enfermedad de Hodgkin, mieloma múltiple, enfermedad maligna generalizada, insuficiencia renal crónica o síndrome nefrótico; aquellas que están recibiendo quimioterapia inmunosupresora (incluyendo corticosteroides); y aquellas que han recibido un trasplante de órgano o de médula ósea (para los grupos seleccionados, véase Indicaciones, Momento de la vacunación).

PNEUMOVAX® 23 quizá no sea efectiva para prevenir infección originada como consecuencia de la fractura de cráneo basilar o de la comunicación externa con el fluido cerebroespinal.

Momento de la vacunación: La vacuna neumocócica debe administrarse al menos dos semanas antes de la esplenectomía electiva, si fuera posible. Para planificar la quimioterapia contra el cáncer u otra terapia inmunosupresora (por ejemplo, para pacientes con la enfermedad de Hodgkin o aquellos que se someten a trasplante de órgano o de médula ósea), el intervalo entre la vacunación y el inicio de la terapia inmunosupresora debe ser al menos dos semanas. Se debe evitar la vacunación durante la quimioterapia o radioterapia. La vacuna neumocócica puede administrarse varios meses luego de culminar la quimioterapia o radioterapia para enfermedad neoplásica. En la enfermedad de Hodgkin, la respuesta inmune a la vacunación puede ser subóptima durante dos años o más después de quimioterapia intensiva (con radiación o sin ésta). Durante los dos años posteriores a la culminación de la quimioterapia u otra terapia inmunosupresora (con radiación o sin ésta), se ha observado una mejora significativa en la respuesta del anticuerpo en algunos pacientes, en particular a medida que el intervalo entre el término del tratamiento y la vacunación neumocócica aumentó.

Las personas con infección por VIH asintomática o sintomática se deben vacunar lo antes posible después de la confirmación de su diagnóstico.

Uso con otras vacunas: Se recomienda que la vacuna neumocócica pueda administrarse al mismo tiempo que la vacuna contra la influenza (por medio de una inyección independiente en el otro brazo) sin que aumenten los efectos colaterales o disminuya la respuesta del anticuerpo para cualquiera de las vacunas. A diferencia de la vacuna neumocócica, la vacuna contra la influenza se recomienda anualmente, para las poblaciones apropiadas.

Revacunación: No se recomienda como rutina la revacunación de personas inmunocompetentes antes vacunadas con vacuna de polisacáridos 23-valente.

Sin embargo, la revacunación se recomienda una vez para personas ≥2 años que tienen un mayor riesgo de infección neumocócica seria y para los que tienen probabilidades de presentar una rápida disminución de los niveles de anticuerpos neumocócicos, con la condición que hayan transcurrido por lo menos cinco años desde que se recibió la primera dosis de vacuna neumocócica.

El grupo de mayor riesgo incluye personas con asplenia funcional o anatómica (por ejemplo, enfermedad de células falciformes o esplenectomía), infección por VIH, leucemia, linfoma, enfermedad de Hodgkin, mieloma múltiple, enfermedad maligna generalizada, insuficiencia renal crónica, síndrome nefrótico u otras condiciones asociadas con inmunosupresión (por ejemplo, trasplante de órgano o de médula ósea), y aquellas que están recibiendo quimioterapia inmunosupresora (incluyendo corticosteroides sistémicos a largo plazo) (véase Indicaciones, Momento de la vacunación).

En el caso de los niños ≤10 años en el momento de la revacunación y que presentan mayor riesgo de infección neumocócica severa (por ejemplo, niños con asplenia funcional o anatómica, incluyendo enfermedad de células falciformes o esplenectomía o condiciones asociadas con la disminución rápida de anticuerpo después de la vacunación inicial, incluyendo síndrome nefrótico, insuficiencia renal o trasplante renal), se recomienda que la revacunación pueda considerarse tres años después de la dosis previa.

Si no se conoce el estado de vacunación anterior para los pacientes en el grupo de alto riesgo, los pacientes deben recibir la vacuna neumocócica.

Todas las personas ≥65 años que no han recibido vacuna en los últimos 5 años (y que hayan tenido <65 años en el momento de la vacunación) deben recibir otra dosis de vacuna.

Debido a que los datos son insuficientes respecto de la seguridad de la vacuna neumocócica cuando se administra tres veces o más, la revacunación luego de la segunda dosis no se recomienda de modo rutinario.


ACCIÓN FARMACÓLOGICA: La infección neumocócica es una causa principal de muerte en todo el mundo y una causa importante de neumonía, bacteriemia, meningitis y otitis media. Las cepas de S. pneumoniae resistentes a los fármacos se han vuelto cada vez más comunes en los Estados Unidos de América y en otras partes del mundo. En algunas áreas se han reportado hasta 35% de cepas aisladas neumocócicas que son resistentes a la penicilina. Muchos neumococos resistentes a la penicilina también son resistentes a otros fármacos antimicrobianos (por ejemplo, eritromicina, trimetoprima sulfametoxazol y cefalosporinas de amplio espectro), enfatizando por lo tanto la importancia de la profilaxis de la vacuna contra la enfermedad neumocócica.

Epidemiología: La infección neumocócica causa aproximadamente 40,000 muertes al año en los Estados Unidos de América. Se estima que al menos 500,000 casos de neumonía neumocócica se presentan cada año en los Estados Unidos de América; S. pneumoniae representa aproximadamente 25-35% de los casos de neumonía bacteriana adquirida en la comunidad en personas que requieren hospitalización.

La enfermedad neumocócica representa alrededor de 50,000 casos de bacteriemia neumocócica al año en los Estados Unidos de América. Algunos estudios sugieren que la incidencia anual total de bacteriemia es aproximadamente 15 a 30 casos/población de 100,000 con 50 a 83 casos/100,000 para personas de 65 años o más y 160 casos/100,000 para niños menores de dos años.

La incidencia de bacteriemia neumocócica es tan alta como 1% (940 casos/población de 100,000) entre personas con síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

En los Estados Unidos de América, el riesgo de adquirir bacteriemia es menor entre blancos que entre personas de otros grupos raciales/étnicos (a saber, negros, nativos de Alaska e indios americanos).

A pesar de una terapia antimicrobiana adecuada y atención médica intensiva, el índice general de casos fatales para bacteriemia neumocócica es 15-20% entre adultos, y este índice es aproximadamente 30-40% entre los pacientes de edad avanzada. Un índice general de casos fatales de 36% se documentó para adultos habitantes de las zonas interiores urbanas que estuvieron hospitalizados por bacteriemia neumocócica.

En los Estados Unidos de América, la enfermedad neumocócica representa alrededor de 3,000 casos de meningitis al año. La incidencia anual general calculada de meningitis neumocócica es aproximadamente 1 a 2 casos por población de 100,000.

La incidencia de meningitis neumocócica es mayor entre niños de seis a 24 meses y personas ≥65 años; los índices para negros es el doble que para los blancos o hispanos.

La meningitis neumocócica recurrente puede presentarse en pacientes que tienen fuga crónica de fluido cerebroespinal que se origina como consecuencia de lesiones congénitas, fracturas de cráneo, o procedimientos neuroquirúrgicos.

La enfermedad neumocócica invasiva (por ejemplo, bacteriemia o meningitis) y la neumonía causan alta morbilidad y mortalidad a pesar de un control antimicrobiano efectivo con antibióticos. Estos efectos de la enfermedad neumocócica aparecen debido a daño fisiológico irreversible causado por la bacteria durante los primeros 5 días luego del inicio de la enfermedad, y se presentan a pesar de la terapia antimicrobiana. La vacunación ofrece un medio efectivo para reducir la mortalidad y morbilidad de esta enfermedad.

Factores de riesgo: Además de los pacientes muy jóvenes y personas de 65 años o más, los pacientes con ciertas condiciones crónicas tienen un mayor riesgo de desarrollar infección neumocócica y enfermedad neumocócica severa.

Los pacientes con enfermedades cardiovasculares crónicas (por ejemplo, insuficiencia cardiaca congestiva o cardiomiopatía), enfermedades pulmonares crónicas (por ejemplo, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o enfisema) o enfermedades hepáticas crónicas (por ejemplo, cirrosis), diabetes mellitus, alcoholismo o asma (cuando se presenta con bronquitis crónica, enfisema, o uso a largo plazo de corticosteroides sistémicos) presentan un mayor riesgo de enfermedad neumocócica. En adultos, esta población por lo general es inmunocompetente.

Los pacientes de alto riesgo son aquellos que tienen una disminución de la sensibilidad a antígeno de polisacárido o un índice mayor de reducción en las concentraciones de anticuerpo en suero como resultado de: condiciones inmunosupresoras (inmunodeficiencia congénita, infección por Virus de Inmunodeficiencia Humana [VIH], leucemia, linfoma, mieloma múltiple, enfermedad de Hodgkin, o una enfermedad maligna generalizada); trasplante de órganos o de médula ósea; terapia con agentes alquilantes, antimetabolitos, o corticosteroides sistémicos; insuficiencia renal crónica o síndrome nefrótico.

Los pacientes en mayor riesgo de infección neumocócica son aquellos con asplenia funcional o anatómica (por ejemplo, enfermedad de células falciformes o esplenectomía), debido a que esta condición genera la reducción de la depuración de bacterias encapsuladas del torrente sanguíneo. Los niños que tienen enfermedad de células falciformes o fueron sometidos a esplenectomía presentan un mayor riesgo de sepsis neumocócica fulminante asociada con alta mortalidad.

Inmunogenicidad: Se ha determinado que los polisacáridos capsulares neumocócicos purificados inducen la producción de anticuerpo y que dicho anticuerpo es efectivo para prevenir la enfermedad neumocócica. Los estudios clínicos han demostrado la inmunogenicidad de cada uno de los 23 tipos capsulares cuando se han probado en vacunas polivalentes.

Estudios con vacunas neumocócicas 12, 14 y 23 polivalentes en niños de dos años o más y en adultos de todas las edades muestran respuestas inmunogénicas.

Los niveles de anticuerpo específicos para el tipo capsular protector por lo general se desarrollan a la tercera semana después de la vacunación.

Los polisacáridos capsulares bacterianos inducen anticuerpos principalmente por mecanismos independientes de las células T. Por lo tanto, la respuesta del anticuerpo a la mayoría de tipos capsulares neumocócicos por lo general es deficiente o inconsistente en niños menores de 2 años cuyo sistema inmunológico es inmaduro.

Eficacia: La eficacia protectora de las vacunas neumocócicas que contienen 6 a 12 polisacáridos capsulares se investigó en dos estudios controlados de mineros de oro jóvenes y sanos de Sudáfrica, en los cuales existe un alto índice de ataque de neumonía neumocócica y bacteriemia. Se observaron índices de ataque específico de tipo capsular de neumonía neumocócica durante el periodo de 2 semanas hasta cerca de 1 año después de la vacunación. La eficacia protectora fue 76 y 92%, respectivamente, en los dos estudios para los tipos capsulares representados.

En estudios similares realizados por el Dr. R. Austrian y asociados usando vacunas neumocócicas similares preparadas para el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, la reducción en las neumonías causadas por los tipos capsulares contenidos en las vacunas fue 79%. La reducción en bacteriemia neumocócica específica del tipo fue 82%.

Un estudio prospectivo en Francia encontró que la vacuna neumocócica tenía una eficacia de 77% en la reducción de la incidencia de neumonía entre residentes de casas de reposo.

En los Estados Unidos de América, dos ensayos randomizados y controlados posteriores a la licencia en adultos mayores o pacientes con condiciones médicas crónicas que recibieron una vacuna de polisacárido multivalente no sustentaron la eficacia de la vacuna para neumonía no bacterémica. No obstante, estos estudios probablemente carecieron de poder estadístico suficiente para detectar una diferencia en la incidencia de neumonía neumocócica no bacterémica confirmada por laboratorio entre los grupos de estudio vacunados y no vacunados.

Un meta-análisis de nueve ensayos controlados randomizados de vacuna neumocócica concluyó que la vacuna neumocócica es eficaz para reducir la frecuencia de neumonía neumocócica no bacterémica entre adultos en grupos de bajo riesgo, pero no en grupos de alto riesgo. Estos estudios pueden haber sido limitados por la falta de pruebas de diagnóstico específicas y sensibles para la neumonía neumocócica no bacterémica. La vacuna de polisacárido neumocócico no es efectiva para la prevención de la otitis media aguda y enfermedades de las vías respiratorias superiores comunes (por ejemplo, sinusitis) en niños.

Más recientemente, los múltiples estudios de control de casos han mostrado que la vacuna neumocócica es efectiva en la prevención de enfermedad neumocócica serias, con estimados de punto de eficacia que oscilan de 56 a 81% en personas immunocompetentes.

Sólo un estudio de control de casos no documentó eficacia contra la enfermedad bacterémica posiblemente debido a las limitaciones del estudio, incluyendo tamaño de muestra pequeño y determinación incompleta del estado de vacunación en pacientes. Además, los pacientes de casos y las personas que sirvieron como controles quizá no han sido comparables con respecto a la severidad de sus condiciones médicas subyacentes, creando potencialmente un subestimado no objetivo de la efectividad de la vacuna.

Un estudio del predominio del serotipo, basado en el sistema de vigilancia neumocócica de los Centros para el Control de Enfermedades demostró una eficacia general protectora de 57% contra infecciones invasivas causadas por los serotipos incluidos en la vacuna en personas ≥6 años de edad, una eficacia de 65-84% entre grupos de pacientes específicos (por ejemplo, personas con diabetes mellitus, enfermedad vascular coronaria, insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad pulmonar crónica y asplenia anatómica) y una efectividad de 75% en personas inmunocompetentes ≥65 años. La efectividad de la vacuna no pudo confirmarse para ciertos grupos de pacientes inmunocomprometidos; no obstante, el estudio no pudo reclutar suficiente número de pacientes no vacunados de cada grupo de enfermedad. En un estudio anterior, los niños y adultos jóvenes vacunados de 2 a 25 años que tenían enfermedad de células falciformes, asplenia congénita, o que se habían sometido a esplenectomía presentaron un índice significativamente menor de enfermedad neumocócica bacterémica que los pacientes que no estaban vacunados.

Duración de la inmunidad: Luego de la vacunación neumocócica, los niveles de anticuerpo específico del serotipo disminuyen después de 5-10 años. Una disminución más rápida en los niveles de anticuerpo puede ocurrir en algunos grupos (p. ej., en niños). Los datos publicados limitados sugieren que los niveles de anticuerpo pueden disminuir más rápido en los adultos de edad avanzada >60 años de edad. Estos hallazgos indican que la revacunación puede ser necesaria para brindar protección continua (véase Indicaciones, Revacunación).

Los resultados de un estudio epidemiológico sugieren que la vacunación puede brindar protección durante al menos nueve años después de recibir la dosis inicial. Se han reportado cálculos decrecientes de la efectividad con intervalo creciente a partir de la vacunación, en particular entre las personas de edad muy avanzada (personas ≥85 años).

CONTRAINDICACIONES: Hipersensibilidad a cualquiera de los componentes de la vacuna. Una inyección de epinefrina (1:1000) debe estar disponible de inmediato en caso de que ocurriera una reacción anafilactoide aguda debido a cualquiera de los componentes de la vacuna.

ADVERTENCIAS: Véase Precauciones.


PRECAUCIONES:

Generales: Si la vacuna se usa en personas que reciben terapia inmunosupresora, quizá no se pueda obtener la respuesta esperada del anticuerpo sérico, y puede presentarse una disminución potencial de las respuestas inmunes futuras a los antígenos neumocócicos (véase Indicaciones, Momento de la vacunación).

La administración intradérmica puede producir reacciones locales severas.

Se debe tener precaución y el debido cuidado cuando se administra PNEUMOVAX® 23 a pacientes con función cardiovascular y/o pulmonar severamente comprometida en los cuales una reacción sistémica representaría un riesgo significativo.

Cualquier enfermedad respiratoria febril u otra infección activa es motivo para retrasar el uso de PNEUMOVAX® 23, excepto cuando en opinión del médico, retener el agente constituye un riesgo aún mayor.

En pacientes que requieren profilaxis con penicilina (u otro antibiótico) contra la infección neumocócica, dicha profilaxis no se debe interrumpir después de la vacunación con PNEUMOVAX® 23.

Como ocurre con cualquier vacuna, la vacunación con PNEUMOVAX® 23 quizá no produzca una protección completa en todos los receptores.

Embarazo: No se sabe si PNEUMOVAX® 23 puede causar daño fetal cuando se administra a una mujer embarazada o si puede afectar la capacidad de reproducción. PNEUMOVAX® 23 se debe administrar a mujeres embarazadas sólo si es claramente necesario.

Madres lactando: No se sabe si esta vacuna se excreta en la leche humana. Se debe tener precaución cuando se administra PNEUMOVAX® 23 a una madre que está dando de lactar.

Uso pediátrico: Los niños menores de 2 años responden muy poco a los tipos capsulares de PNEUMOVAX® 23 que son la causa más frecuente de enfermedad neumocócica en este grupo de edad. No se ha determinado la seguridad y efectividad en niños menores de 2 años. Por consiguiente, PNEUMOVAX® 23 no se recomienda en este grupo de edad.

Adultos mayores: Personas de 65 años o más se enrolaron en varios estudios clínicos de PNEUMOVAX® 23 que se realizaron antes y después de la licencia. En el estudio más grande, la seguridad de PNEUMOVAX® 23 en adultos de 65 años y más (n=629) se comparó con la seguridad de PNEUMOVAX® 23 en adultos de 50 a 64 años (n=379). Los datos no sugirieron un aumento del índice de reacciones adversas entre individuos participantes ≥65 años en comparación con los de 50 a 64 años. Sin embargo, puesto que los individuos de edad avanzada no pueden tolerar las intervenciones médicas del mismo modo que los individuos de menor edad, no se puede descartar una mayor frecuencia y/o mayor severidad en algunos individuos mayores.


INFORMACIÓN O ADVERTENCIAS ACERCA DE CUALQUIER EXCIPIENTE: No aplicable.

Disponibilidad:

PNEUMOVAX® 23 se encuentra disponible en dos presentaciones:

— Caja con 1 vial de dosis de 0.5 mL.

— Caja con 10 viales de dosis de 0.5 mL.

REACCIONES ADVERSAS: Se han reportado las siguientes reacciones adversas con PNEUMOVAX® 23 en ensayos clínicos y/o experiencia posterior a la comercialización: reacciones en el lugar de la inyección, las cuales consisten en dolor, inflamación, eritema, calentura, hinchazón, induración local y disminución de la movilidad de las extremidades y edema periférico en la extremidad inyectada. También se informó de un aumento en el valor de laboratorio para la proteína C reactiva en suero.

Muy rara vez se han reportado reacciones similares a celulitis.

Estas reacciones similares a celulitis, reportadas en la experiencia posterior a la comercialización, muestran un tiempo de inicio corto a partir de la administración de la vacuna.

Los eventos adversos más comunes reportados en ensayos clínicos fueron fiebre (≤ 38.8 °C), las reacciones en el lugar de la inyección incluyen inflamación, eritema, calentura, hinchazón e induración local.

En un ensayo clínico, se observó un aumento del índice de reacciones locales auto limitadas con revacunación 3-5 años luego de la vacunación primaria. Se informó que el índice de eventos adversos generales en el sitio de la inyección para individuos ≥65 años fue mayor luego de la revacunación (79.3%) que después de la vacunación primaria (52.9%). El índice de eventos adversos generales en el sitio de la inyección para las personas que se revacunaron y las que se vacunaron por primera vez con edades de 50 a 64 años fueron similares (79.6 y 72.8%, respectivamente). En ambos grupos de edades, las personas que se revacunaron reportaron un índice mayor de un punto final compuesto (cualquiera de los siguientes: dolor moderado, dolor severo, y/o induración extensa en el lugar de la inyección) que las personas que se vacunaron por primera vez. Entre los participantes de ≥65 años, el punto final compuesto se reportó en 30.6 y 10.4% de las participantes de revacunación y de vacunación primaria, respectivamente, mientras que entre los participantes de 50-64 años, el punto final se reportó en 35.5 y 18.9%, respectivamente. Las reacciones en el sitio de la inyección ocurrieron dentro del periodo de monitoreo de 3 días, y típicamente se resolvieron el día 5. El índice general de eventos adversos sistémicos fue similar tanto en los pacientes que se vacunaron por primera vez como en los que se revacunaron dentro de cada grupo de edad. Los eventos adversos sistémicos más comunes fueron los siguientes: astenia/fatiga, mialgia y cefalea. El aumento generalmente pequeño observado (≤13%) en el uso de analgésicos posterior a la vacunación volvió a la basal el día 5.

Otros eventos adversos reportados en ensayos clínicos y/o en la experiencia posterior a la comercialización incluyen:

El cuerpo en general:

Celulitis.

Astenia.

Fiebre.

Escalofríos.

Malestar general.

Sistema digestivo:

Náusea.

Vómito.

Sistema hematológico/linfático:

Linfadenitis.

Linfadenopatía.

Trombocitopenia en pacientes con púrpura trombocitopénica idiopática estabilizada.

Anemia hemolítica en pacientes que han tenido otros trastornos hematológicos.

Reacciones de hipersensibilidad, incluyendo:

Reacciones anafilactoides.

Enfermedad del suero.

Edema angioneurótico.

Sistema musculoesquelético:

Artralgia.

Artritis.

Mialgia.

Sistema nervioso:

Cefalea.

Parestesia.

Radiculoneuropatía.

Síndrome de Guillain-Barré.

Piel:

Erupción.

Urticaria.

INCOMPATIBILIDADES: No se conoce.


INTERACCIONES CON OTROS MEDICAMENTOS O ALIMENTOS: No se conoce ninguna.

DOSIFICACIÓN Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN:

No inyectar por vía intravenosa o intradérmica.

Los productos de fármacos parenterales deben inspeccionarse visualmente para detectar la presencia de partículas de materia y decoloración antes de su administración, cuando la solución y el recipiente lo permitan. PNEUMOVAX® 23 es una solución transparente e incolora.

Retire 0.5 mL de la ampolla con una aguja estéril y una jeringa libre de preservantes, antisépticos y detergentes.

Administrar una dosis única de 0.5 mL de PNEUMOVAX® 23 por vía subcutánea o intramuscular (de preferencia, en el músculo deltoide o parte lateral media del muslo), con las debidas precauciones para evitar la administración intravascular.

Es importante usar una jeringa y aguja estériles independientes para cada paciente individual para evitar la transmisión de agentes infecciosos de una persona a otra.

SOBREDOSIS: No hay información acerca de sobredosis.

ALMACENAMIENTO: Guardar los viales no abiertos y abiertos a 2-8°C. La vacuna se usa directamente como se suministra. No se necesita una dilución o reconstitución. Se agrega fenol al 0.25% como conservador. Todas las vacunas deben descartarse después de la fecha de expiración.

Si requiere mayor información solicítela a la Dirección Médica al Teléfono: (507) 282-7200